El lugar equivocado

… Implica mucho más que eso. También implica el objetivo equivocado y las personas inadecuadas.

Es posible que, aún así, puedas aportar mucho. Pero será a costa de un sacrificio y desgaste muy superiores. A costa de un esfuerzo insostenible que irá mermando tus capacidades para dar lo mejor.

Es lo más común. Hemos tenido mucho tiempo para adaptarnos a esta nueva situación, y sin embargo aún queda mucho trabajo por delante hasta que seamos capaces de invertirla.

Para que eso ocurra, un requisito indispensable es que sean las personas las que elijan a las organizaciones en lugar de las organizaciones a las personas. Que dejen a un lado todo lugar equivocado, objetivos que no resuenen con ellas y personas que ansían hacer un viaje diferente, y encuentren el lugar que les corresponde.

Ese lugar las empuja, las empodera, las anima a crecer, a reunirse y a buscar construir. Las anima a contribuir a ese viaje común.

Es necesario que no admitan menos. Y además, es necesario que sean las propias organizaciones las que deseen que esto ocurra. Que busquen un equipo humano con aspiraciones comunes en primer lugar.

Por supuesto desde muchas se entiende esto como una locura. No buscan propósito primero.

Y ese resulta ser el enorme escalón a superar.

Se concentran esfuerzos en buscar parches para mejorar bienestar, cultura y resultados sin acudir a las bases. Las personas adecuadas en el lugar acertado no necesitan parches.