Aprendizajes durante medio siglo de experiencias

Acercarte a medio siglo de existencia te ha brindado muchos aprendizajes. Da igual lo que hayas hecho o cómo hayas vivido cada uno de esos años.

Los más valiosos han sido definidos por emociones profundas, más o menos dolorosas. Pero en todos y cada uno de los casos ha merecido la pena por lo que representan hoy y cómo condicionan el mañana.

Algunos ejemplos:

Desarrolla tus habilidades personales e interpersonales. Representan tu mejor activo (con gran diferencia) para mejorar tu experiencia vivencial.

Jamás traiciones la confianza de quien confía en ti. No de quien lo dice, sino de quien puedes sentir que lo hace. Te equivocarás, y aprenderás a equivocarte menos.

Implícate en lo que haces. La retirada a tiempo es una victoria, pero sin conocer el coste del esfuerzo y la constancia, y sin sentir el dolor del fracaso, jamás construirás algo que merezca la pena.

Define quién eres. Sin saberlo solamente vagarás sin rumbo. Invierte en descubrir el mundo, pero invierte más en descubrirte a ti.

Jamás traiciones tus valores por un proyecto. Por apasionante que sea, por infinita ilusión que te haga. No es para ti tal como está concebido.

Enorgullécete de ser quien eres. Se precisan años y millones de pequeñas experiencias para llegar a donde estás. No renuncies a ninguna. Nadie puede ser tú, salvo si tú te empeñas en ser ellos antes.

Jamás antepongas el dinero. La codicia representa la madre de las insatisfacciones y aparta tu vista de lo que realmente importa. El dinero solamente puede mejorar lo que existe, nunca crearlo.

Confía primero. Te harán daño, pero solamente así descubrirás a personas en quienes confiar. Cada una de ellas vale más que cien fracasos.

Expón aquello en lo que crees, con medida y en contexto. No todos somos para todos, nos organizamos en manadas. Y solamente encontrarás la tuya siendo una persona honesta.

Pide ayuda. El orgullo te impide crecer y demostrar a las personas que te aprecian que las necesitas. Necesitar al resto y mostrárselo es un acto de generosidad, les abre las puertas para atreverse a hacer lo mismo.

Si buscas una línea común, encontrarás que todo lo mejor se encuentra asociado a todo lo peor. Los aprendizajes que más profundamente marcan siempre implican esfuerzo, dedicación o dolor. Y además lo merecen.