La [buena/mala] noticia

La noticia es que la jornada laboral se reducirá a 37,5 horas. Puede resultar ser buena o mala (depende para qué y para quién).

Cuando te gradúas en un campo tecnológico, todo el mundo espera que sea solamente tu comienzo. Ese mundo evoluciona a velocidad de vértigo y sin el aprendizaje continuo pronto tu aporte se convertirá en anticuado, insignificante e inválido. De hecho, si te especializas en ciertas variantes es probable que necesites hacerlo para mantener algunas certificaciones.

Por algún motivo alguien ha pensado que esto no sería necesario para muchas otras personas. Profesionales del conocimiento que se graduarían sabiendo todo lo necesario y nuevos aprendizajes que serían solamente un extra prescindible.

Sin embargo, los nuevos tiempos (o no tan nuevos) han demostrado que incluso lo que antes consideraríamos profesiones eminentemente manuales como podría ser la de un mecánico de coches han cambiado su naturaleza mientras abrazaban al trabajo del conocimiento.

Del mismo modo, aprender y practicar estrategias centradas en mejorar la gestión de la atención, la toma de decisiones o en economizar energía mental, que constituía una opción para unos pocos, es hoy una necesidad para todos. Para producir un valor que esté a la altura, para ser competitivos, y para poder hacerlo preservando la salud mental.

La rebaja de la jornada no es más que otro giro en un entorno inestable al que seguimos necesitando aprender a adaptarnos. La buena noticia es que podemos aprender a hacerlo, y la mala es que estamos tardando demasiado.