Se llama riesgo

Dice Ignacio que seguimos buscando personas en activo, poniendo el foco en el salario, renunciando al talento senior, sin ofrecer desarrollo a los jóvenes y dejando cientos de millones de € de formación sin gastar.

También que las personas quieren flexibilidad y desarrollo, que los “silver” senior quieren seguir aportando, los juniors quieren una oportunidad y los seniors reconocimiento.

Que si seguimos apostando por estrategias anacrónicas seguiremos batiendo récords de rotación. Que no es el mercado, la crisis ni el coste de vida, sino la estrategia.

Todo ocurre por un motivo y se llama riesgo. Nadie quiere asumirlo.

Quien selecciona quiere perfiles predefinidos porque el riesgo de tirones de orejas se minimiza, y si algo ocurre podrá justificar que la elección era la más segura de entre el resto de opciones. Quien contrata formación quiere lo que contrata todo el mundo porque ya le han hecho el trabajo, y quien contrata a un ponente quiere a alguien que haya sido aceptado antes porque entonces el error será de otros.

Pero el riesgo tiene otra cara a la que nadie quiere mirar. Si haces lo mismo que todo el mundo, cualquiera podrá reemplazarte. Si vas siempre a lo seguro avanzarás lateralmente, sin moverte hacia donde importa. Y si siempre piensas en la justificación nunca pensarás en la razón.