Lo que puede hacerte feliz puede hacerte infeliz

Es la cara de la moneda que prefieres mantener oculta. Si sometes sentirte feliz a una cosa o persona, le estás dando el poder para que tu felicidad se esfume.

Por otra parte, ese comportamiento carga en otros hombros una gran responsabilidad. Cuando se trata de una persona, podrías estar incluso forzando que tome la decisión de hacer algo que no desea por evitar la culpabilidad que sentiría por no hacer lo que transmites que necesitas que lo haga.

Quizá dicho así se comprenda mejor. Delegas lo indelegable: sentirte feliz. Y, además, lo haces sometiendo a otra parte a una gran presión tratando de llamar a su responsabilidad. Podría llamarse coacción, ¿no crees?

Cuando esto ocurre, la infelicidad siempre se encuentra a la vuelta de una esquina.