La adaptación hedónica

Crees que si te toca la lotería todos tus problemas desaparecerán. O que si consigues ese puesto nada volverá a ser como antes. Incluso que si logras aprender a hacer algo concreto tu vida dará un giro radical sin vuelta atrás. Sin embargo ese gran cambio no se mantendrá tal cual lo esperas por demasiado tiempo, y parte de la culpa de ello la tiene lo que conocemos por adaptación hedónica.

De modo muy resumido, representa tu capacidad para adaptarte a esos grandes cambios que tienes en mente y que crees que lograrían dar un giro radical y permanente a tu vida y sensación de bienestar.

Que esto ocurra tiene consecuencias positivas y negativas en nuestras vidas. Del mismo modo que consigues adaptarte ante ocurrencias indeseables, ocurre lo mismo con aquellos sucesos positivos que piensas que lo cambiarán todo. Pueden cambiarlo todo, salvo el hecho de que antes o después te adaptarás a la nueva situación y tus niveles de satisfacción —o insatisfacción— generados por ese hecho concreto irán decreciendo según te adaptas a la nueva situación.

Si echas la vista atrás, te darás cuenta rápidamente de cómo ese televisor gigante en tu salón que llevaría a otra dimensión tus momentos de ocio ya es algo tan normal para ti como lo era el anterior que tenías. Y tener la adaptación hedónica presente te ayudará a dotar de realidad determinadas apetencias en tu vida que, al final, representan poco más allá que el subidón de la gratificación instantánea y la rápida vuelta a la normalidad. Es posible que, sabiéndolo, hagas cosas diferentes.