Parecen muy diferentes… y lo son. Y sin embargo con qué facilidad las confundimos constantemente, a cada momento.
Comenzamos buscando una, y nada más iniciar la búsqueda la otra hace acto de presencia. La justificación devora a la introspección, poco a poco, hasta no dejar rastro de ella.
Lo hace sin que nos demos cuenta, ni antes, ni durante ni después. Buscamos información y obtenemos confirmación deshonesta. Cesamos en nuestros intentos asumiendo que tenemos lo que habíamos comenzado a buscar, cuando ni lo tenemos, ni sabemos muy bien cómo buscarlo sin que la culpabilidad nos invada.
Buscas para encontrar, no para juzgar y mucho menos para obligarte a dar las explicaciones necesarias para reconciliarte internamente.
Es necesario aprender, o corres el riesgo de perder todo tu tiempo corriendo en círculos.