Existe un mundo en que podrías hablar de malo, bueno, o muy bueno. Y sería suficiente. Sin embargo, probablemente vivas en otro en que también existe el mejor.
Un problema de el mejor es que se basa, en el 99,99% de las ocasiones, en datos subjetivos. Otro es que se basa en la comparación.
La dinámica de mezclar esa comparación y subjetividad forma un cóctel explosivo. Habitualmente deriva en afirmaciones más que cuestionables y, sin embargo, representa la opción más elegida con diferencia.