Aunque resulte curioso, es lo que ocurre. Ante extremos solamente aparecen otros.
Cuando juegas y juegas siempre llega el momento del todo o nada. Si te empeñas en ser el más alto y comienzas a buscar, terminarás reuniendo a un grupo de gente de entre los que eres el más bajo. Si juntas dos imanes, o se atraen o se repelen, sin más opciones.
Cuando te vayas a extremos, conviene que conozcas con qué dos cosas vas a bailar.