El Objeto A

El Objeto A no es real; siempre decepciona y, por tanto, que aparezca un nuevo Objeto A es cuestión de tiempo.

¿Sabes a qué se refiere ese concepto?

Lo conoces bien, aunque nunca lo hayas nombrado de ese modo. Quieres algo, lo necesitas, hasta el punto de imaginar cómo de buena podría tornarse tu vida una vez puedas disfrutar de él. Puede ser una cosa, una relación, o incluso un ascenso. Una casa, un coche, una pareja, el último iPhone o mudarte a una ciudad concreta.

Pero la realidad es que sabes que tu nueva obsesión es solamente temporal. Cuando tienes tu nueva casa, tu nuevo coche o tu nuevo iPhone nada cambia en tu vida tal como lo habías imaginado. Lo disfrutas unos días, semanas o meses, hasta que la novedad deja de serlo y, antes o después, un nuevo Objeto A aparece en tu vida cuando menos te lo esperas.

El antiguo Objeto A ya no disfruta un hueco privilegiado en tu mente, pero en esta ocasión sí que sí será algo que cambiará tu vida por completo. Y el ciclo se repite una y otra vez sin que llegues a aprender de tus propias experiencias.

Ya sabes lo que es. Y mientras leías estas líneas has identificado perfectamente cuál es para ti en este instante de tu vida. Mira atrás, piensa, y date cuenta de que esta jugada de tu mente no es la primera, ni la segunda, ni siquiera la tercera. No lo necesitas para ser feliz. Quizá sea tan simple como poder mirarlo en la distancia y gritarle que ya eres feliz sin él.