Es la parte difícil, ser constante.
Prácticamente nada que merezca la pena se construye en un momento. Ni con un empuje momentáneo.
Lo que importa se construye poco a poco, demostrándonos a través del tiempo que merece la pena construirlo.
Los pequeños pasos son sencillos. Lo difícil es conseguir encadenarlos de forma sostenida hasta llegar al final del recorrido.
Quien los encadena bien avanza lento pero seguro. Y es el único modo de avanzar hacia lo que importa.