Amor, odio e indiferencia

El amor es lo opuesto al odio, el odio lo opuesto al amor, y la indiferencia lo opuesto a ambas.

Se habla mucho de despertar emociones. Y resulta bastante lógico, si pensamos que el emocional es uno de los pilares fundamentales que forman al ser humano.

Amor y odio van, en muchas ocasiones, de la mano. Ambos se relacionan con expectativas, y las expectativas resultan ser una de las grandes fuentes de emociones. Cuando esas expectativas se cumplen o ven superadas, llegan sentimientos como la satisfacción o el amor. Cuando se ven rotas, aparecen el odio, la tristeza o la frustración.

Pero existe una pieza más, y se trata de la indiferencia. La indiferencia se relaciona con la ausencia de expectativas, ni pasadas ni presentes.

Representa el purgatorio en que nadie querría estar. Cuando te aman u odian te tienen en cuenta, cuando te tratan con indiferencia no lo hacen.

Y en muchas ocasiones, es más difícil conseguir despertar expectativas que enmendar situaciones en que no las has alcanzado.