La aceptación es una de esas cosas que no es buena ni mala por sí misma, sino que depende del entorno en que se produce.
Cuando otras personas te aceptan te invade una sensación agradable, y sin embargo necesitar que lo hagan te encierra en la peor de las cárceles.
Al lado contrario, cuando aceptas a alguien cambias fricción por fluidez, y sin embargo aceptar a la persona o comportamiento inadecuados te introduce en un túnel sin salida.
Todo puede evitarse escuchando atentamente a tus valores y actuando como si no existiese un ellos y tú, sino tú a secas.