Una visión completa del posible éxito o fracaso, de la posible evolución y sus consecuencias, requiere de dos enfoques diferentes. Cada uno de ellos plantea un escenario donde el otro cojea, complementándose mutuamente.
El primero es la visión exitosa a cierto plazo, que puede contribuir a generar grandes ideas ocultas hasta la fecha. El segundo es el llamado análisis pre-mortem, una visión pesimista que te acerca al fracaso y puede presentarte una serie de peligros potenciales a anticipar, tratar de evitar o rodear.
En un caso saboreas el éxito y tratas de vislumbrar cómo ha ocurrido. En el otro, protagonizas el fracaso para plantearte qué ha podido salir mal y a causa de qué. Y en ambos te llevas información.
Ambos ejercicios contribuyen a ampliar la visión estratégica y dotarla de porcentajes equilibrados entre el optimismo y el realismo. Si tienes tendencia a decantarte con fuerza por uno de ellos, considera introducir de forma consciente el otro.