2022 se escapa y, en este momento del año, son muchas las personas que miran atrás. Suelo hacerlo con relativa frecuencia en privado, aunque es poco habitual que lo haga en público. Pero este año ha sido diferente así que he pensado en hacer un breve resumen.
Las pruebas que se han presentado, algunas perfectamente esperadas desde tiempo atrás y otras espontáneas y recientes, han sido muchas.
Algunas de ellas se han centrado en el mantenimiento.
Hace ya tiempo que tomé la decisión de escribir a diario en este blog. Tomar la decisión no es fácil, ponerla en práctica es menos y conseguir mantenerlo en el tiempo menos aún. Aún así, disfruto haciéndolo y durante este año no he faltado a mi cita contigo ni un solo día.
Durante 2021 tomé otra decisión difícil. El sedentarismo, la ausencia total de ejercicio y una dieta más que descuidada facilitaron que a lo largo de los últimos años mi peso se hubiese disparado. Y con él, llegó el malestar físico y mental en diferentes expresiones. Comencé a hacer ejercicio a diario y a cuidar mi dieta, y a final de año mi peso había bajado más de 30 kgs. y me encontraba muchísimo mejor a todos los niveles.
Sin embargo, el verdadero reto llega después. Durante 2022 he mantenido mis rutinas, he hecho más ejercicio que nunca y he conseguido mantener mi peso de forma estable a lo largo de todo el año.
Otras se han centrado en el cambio laboral.
2022 ha traído el primer gran cambio a nivel profesional de mi vida. Tras más de 25 años, y aunque he desarrollado diferentes proyectos paralelos a lo largo de mi vida, por primera vez he dado un gran paso rompiendo por completo con mi trayectoria previa y adentrándome en un mundo, el de la formación y consultoría, en que tengo mucho que aprender a título de negocio.
He escrito y publicado un libro. La experiencia ha sido dura y satisfactoria al mismo tiempo, y ya me encuentro escribiendo otro.
He diseñado el programa completo para un taller de cuatro semanas y para una más breve pero amena e intensa formación in-company. Estoy seguro de que habrá muchos detalles a pulir y también de que, aún así, su calidad en cuanto a los resultados que pueden producir es indiscutible.
Si 2022 suponía una prueba de fuego en cuanto a mantenimiento en algunos aspectos, 2023 la supondrá en cuanto a validar un modelo de negocio que será, cuanto menos, poco habitual.
En mi entorno más cercano también se están produciendo grandes cambios. Mi hijo está descubriendo determinadas responsabilidades relacionadas con la vida adulta y mi esposa enfrentándose, como yo, a grandes cambios en su área laboral.
Y, por último, me he enfrentado a un profundo cambio de mindset.
Convencer ha de estar delante de atraer. Es el camino lento y difícil, pero también el que puede generar mejores resultados a largo plazo.
En general, a las personas no les importa qué sabes sino qué puedes hacer por ellas. Es necesario reconvertir el expertise en generador de resultados en lugar de una máquina de atracción. Y conseguir que otros consigan precisa mucho más que saber transmitir y saber qué transmitir.
Es necesario retar, empoderar y acompañar. Crear un cóctel en que la crítica sana, el aprieto y el desafío también tengan cabida en su justa medida. Es necesario despertar curiosidad, necesidad e implicación. La información, incluso aquella de calidad, se encuentra en todas partes pero la motivación y valentía necesarias para abandonar la zona de confort se encuentran dormidas. Sin ellas no hay nada, solamente unas cuantas hojas de apuntes más.
Este ha sido, a muy grandes rasgos, mi 2022. Un año en que, más que nunca, el cambio lo ha marcado todo.
2023 ya está empujando, tratando de abrirse su espacio. Quiero leer mucho más acerca de cómo aprendemos, pensamos y nos comportamos. Quiero escribir más y quiero tomar buenas decisiones respecto a todo lo nuevo que llegue. Quizá en un año te cuente cómo ha ido todo.