Muchos líos

La curiosidad puede meterte en muchos líos.

Es lo que facilitará que toques algo cuando aún no sabes cómo funciona (y que lo rompas), lo que te ayudará a repararlo cuando lo hayas roto, o lo que conseguirá que te arriesgues aún cuando no tengas claro qué puede ocurrir o qué consecuencias puede tener.

Es desaconsejable para quien prefiere la rutina, lo seguro, o moverse dentro de círculo que jamás se ve alterado.

Aprendiendo te metes en líos. Y saliendo de ellos aprendes más aún. O viajas aprendiendo a la ida y la vuelta, o te quedas en casa.