La mayor parte de personas temen dar el paso. Significa ponerse en el punto de mira, donde el resto puede juzgarles. Es posible que alguien no confíe y lo diga, o que alguien confíe demasiado y se decepcione, incluso que alguien critique sin tener los datos necesarios para hacerlo y lo haga de forma destructiva.
Otra parte de personas no teme dar el paso porque no les importa.
Si estás en el primer grupo, la alternativa es quedarte inmóvil y pasar inadvertido. El miedo desaparece.
Lo que ocurre si no das el paso es que ni temes ni entregas. Y lo que ocurre si no te importa es que al resto tampoco va a importarles.
La única opción para hacer algo significativo que sí importe es atravesar el miedo.