Coge impulso, lanza, y repite

¿Quieres aprender? Entonces coge impulso, lanza, y repite. Todo el tiempo.

¿Quieres comenzar por un libro? Perfecto.

¿Prefieres apuntarte a un taller en línea? Excelente.

¿Mejor ambas? Sí, también lo creo. Un gran comienzo. Solamente eso, un comienzo. Grande, pero comienzo.

¿Y después? Busca a personas como tú, dispuestas a dar un salto. Personas que quieren algo y están dispuestas a invertir en ello. Éste puede ser el paso más complicado, porque no buscas a cualquiera. Buscas a alguien que quiere aprender. Y que quiere invertir. Y que está dispuesta a lanzarse, y a repetirlo.

Si las has encontrado, toma impulso y lánzate. Cada día. ¿Qué has aprendido? Compártelo.

Lánzate, equivócate. No temas que te corrijan, reza por que lo hagan. Y pídelo.

Devuelve feedback con feedback, una y otra vez. Crea relaciones.

Y sigue tomando impulso, lanzándote, equivocándote y repitiendo. Comparte, pide, da.

¿Sabes qué ocurre? Que mejora mientras se mueve. Mientras tomas impulso, mejora. Y mientras te lanzas. Mientras te corrigen y mientras aportas feedback. Todo el tiempo está mejorando porque lo haces cada día, y repites una y otra vez.

No debería ser necesario que yo te hable de las bondades de coger impulso, lanzarte y repetir.

Si realmente es lo que quieres, deberías estar buscándolo desesperadamente, en todas partes, todo el tiempo. Y lanzarte de cabeza cuando lo hayas encontrado, porque puedes quedarte sin sitio.