Y tú, ¿qué querrías?

La crítica indiscriminada. La indiferencia. El silencio eterno. La burla. La envidia, el sarcasmo, la ironía en situaciones de gravedad. Todo ello genera dolor, destruye conexiones o pone barreras para que jamás lleguen a producirse.

«Ey, lo lamento. Me he dado cuenta de lo que te ocurre. Estoy aquí. Mi atención está aquí, ¿necesitas ayuda?»

Eso es diferente. La presencia, el apoyo, la empatía. Todo eso construye. Un día podrías llegar a verte al otro lado de la línea. ¿Y qué querrías?