Los números son una mera representación de un valor. La fuente que ese valor representa es lo que realmente trasciende, más allá del grande o pequeño que representan los números. Sin embargo, vivimos en una época de números.
Los followers en una red social cualquiera es una excelente representación del poco valor de los números cuando representan algo intrascendente.
Un sujeto A tiene 10.000 personas que, bien porque han empatizado con él o porque encuentran interesante el contenido que comparte, siguen lo que publica. Un crecimiento orgánico y natural a lo largo del tiempo.
Y un sujeto B tiene 100. Quiere más, así que comienza a hacer un regalo irresistible a todas aquellas personas que le sigan y, en muy poco tiempo, llega a tener 10.000.
Ambos tienen un mismo número y sin embargo a ambos, por el momento, les separa lo que realmente importa.