El mundo digital se construye a través de reseñas. Lo que vale está arriba y lo que no vale está abajo (o, casi siempre, no está).
Las reseñas son mucho más que las reseñas. Una opinión de tu comercio en Google lo es, pero un «me gusta» en la red social de turno también lo es, o un tweet en que mencionan algo que has publicado.
Las buenas llaman a las buenas, y sobre todo las malas a las malas. Casi siempre es más fácil destrozar algo que recomendarlo, lo que indigna aporta un chute de energía que debe liberarse en el momento, y la masa llama a la masa.
Por eso es útil tener en cuenta que [generalmente] las malas abundan más, y las buenas (cuando son honestas) valen más.