Las personas se esfuerzan por hacer aquello que necesitan hacer. En ocasiones por hacerlo bien, en otras simplemente por hacerlo.
Si te fijas, seguramente encuentres diferencias sustanciales entre personas y, sobre todo, entre todo aquello que producen. En ocasiones los resultados son mejores y en otras peores. Y en algunas francamente buenos.
Y si te fijas bien, detectarás algo más. Algo que ocurre pocas veces.
Encontrarás a alguien que hace algo espontáneo, no porque lo necesite sino porque lo disfruta, y que no consiste en lo que suele hacer con frecuencia, sino que es totalmente circunstancial.
Encontrarás que el resultado que se produce es espectacular, y que el mero hecho de ver cómo lo hace se siente como un privilegio. Fácil sin serlo, pedagógico sin pretenderlo e hipnótico sin saberlo.
Toda competencia puede trabajarse y aprenderse, pero hay más. Mucho más.