La reflexión se entrena. Dejarte llevar cada día por lo fácil y aparentemente obvio sin dedicar un tiempo a pensar [en lo que sea] pone en reposo tu mente, que se adapta a ese estado de desconexión constante y se muestra torpe cuando necesitas recurrir a ella.
Es fácil dejarse llevar, pero también es fácil no hacerlo. Aquí una opción. No tienes que estar de acuerdo conmigo, solamente tienes que dar los pasos necesarios para saber si estás de acuerdo contigo.