Miedo

Es posible que no comiences porque tienes miedo. Y también es posible que no estés teniendo miedo a lo que debieras tenérselo.

Una enfermera australiana, Bronnie Ware, pasó varios años de su vida atendiendo pacientes terminales durante sus últimas semanas de vida. Durante todo ese tiempo recopiló una serie de información que luego plasmó en un libro, traducido al castellano como Los cinco mandamientos para tener una vida plena.

En su libro te habla sobre aquellos puntos que, a través de su experiencia con todas estas personas, identificó como aquellos que constituyen fuente de arrepentimiento más habitual entre quienes saben que su final se acerca.

Algunos de esos puntos son:

  • Habría querido tener el valor de vivir una vida siéndome fiel en lugar de serlo a lo que otros esperaban de mi.
  • Habría querido tener el valor de expresar mis sentimientos.
  • Habría querido permitirme ser feliz. Algo que no hice por miedo, por mantener el status quo, por no afrontar el cambio.

¿Crees que temes lo que deberías temer? ¿O quizá deberías temer más otra cosa que no estás teniendo en cuenta?

El miedo es inevitable, y necesario. No debe eliminarse, debe comprenderse, conocerse, y afrontarse. Y el arrepentimiento es caprichoso. No se siente igual cuando aparece por haber fallado, que cuando se siente por no haberlo intentado.