Es posible que hayas querido intentarlo y hayan tratado de evitar que lo hagas. También lo es que donde has visto posibilidades, otros no las hayan visto. E incluso es posible que te equivocases (o que se equivocasen ellos).
Quizá el mayor de los sesgos consista en pensar que no los tenemos. O que tenemos menos.
Y quizá la mejor de las curas consista en utilizar siempre ese espejo que te ayuda a ponerte en otras situaciones, en otras pieles, a verlo desde dentro y desde fuera.
Te mereces el beneficio de la duda, siempre. Sabes que lo mereces. Y que otros no crean, podría darte fuerza para creer más aún, hacer más aún y lograr más aún. No permitas que te detengan. Y lo que no quieras para ti, no lo quieras para el resto: no les detengas tampoco.