Mirar hacia dónde querrías estar dentro de media hora, de un día, de una semana o de 365 días. Incluso dentro de 1.000 días, o de 3.000. O de cualquier otro lapso temporal que se te ocurra.
Se complementan. Todos y cada uno de esos plazos es necesario. Dentro de media hora podría aparentar apremiar más, pero quizá sin el resto de plazos ese dentro de media hora sea como jugar a la lotería.
Cuando quieres evitar algún peligro, tienes un campo de 360º que controlar. Ni un grado menos. Un grado menos implica la posibilidad de que algo que no ves se acerque a ti sin que te des cuenta. Esta es una versión simple y perfectamente acotada.
Pero cuando quieres construir futuro, tienes un futuro que definir y un presente para actuar. El futuro puede definirse a muchos niveles, casi ilimitados. Cuantos más tengas en cuenta, mayor probabilidad de que tu dentro de media hora cobre la forma de una pieza de puzzle que encaja a la perfección en el lugar que le corresponde.
Te doy la bienvenida a un mundo en que siempre cabe una opción más, un lapso temporal más, y un momento a la reflexión más. Un mundo donde siempre cabe el puedo mejorar.