Lo que eliges no hacer importa. En ocasiones, no hacer algo es simplemente hacer lo correcto. Una persona también puede ser definida por aquello que no hace. Y en otras, una persona puede verse consumida por aquello que no hace.
Lo que haces también importa. El único modo de contrarrestar el efecto que produce una parte de aquello que no haces, es hacer algo que eclipse lo que queda sin hacer.
Casi siempre, lo que marca la diferencia es la elección. Aún existen demasiadas personas que admiten, entre incredulidad y sorpresa, que no llegan a ningún lugar aún cuando nunca detienen su marcha.