Crédito y estatus

Dos variables que marcan la línea a seguir. Dos enfoques, uno social y otro personal. No todo el mundo ve lo que tú ves. En función a cuánta gente lo haga podrá decirse que la categorización es más o menos acertada, tanto personal como socialmente hablando.

¿Un iPhone te brinda un cierto estatus? Depende a los ojos de quién.

¿Publicar un libro te acredita para algo? Depende de qué tipo de libro. También depende a los ojos de quién.

¿Cómo te ves, en comparación con otras personas, indica que el resto te verán del mismo modo? En absoluto. Dependerá de a los ojos de quién.

¿El crédito se compra? Seguramente sí, al menos en ocasiones. Depende de qué tipo de crédito, y depende de a los ojos de quién.

¿Y el estatus? Con el estatus ocurre lo mismo. Depende a los ojos de quién.

Si quieres que te expliquen algo, podría parecer una buena idea acudir a quien demuestra una seguridad rotunda. Parece quien más sabe. O quizá a quien duda, porque sus dudas pueden ser producto de un conocimiento aún más amplio que el de la persona anterior. Quizá. Muchos quizá, y muchos depende.

Es posible que el crédito y estatus que realmente marcan la diferencia sean aquellos que te otorgas. Esos son los que van a marcar cuándo y cómo te atreverás. Demasiadas personas permiten estatus en que atreverse no es una opción. Demasiadas se dan menos menos crédito del que merecen. Es posible que lo que importa solamente ocurra dentro.