Existe mucho compromiso irreal disfrazado de compromiso. Nosotros mismos lo disfrazamos porque confundimos ese deseo con un compromiso real, y a todo el mundo le gustaría tener o alcanzar aquello que desea en mayor o menor grado, pero es ese grado el que va determinar si la realidad es que vamos a hacer algo al respecto o no.
Esto se aprecia muy bien cuando se lleva a extremos. Cuando ese compromiso real existe, incluso en esa situación en que careces de los medios o recursos necesarios haces algo. Todas las personas han vivido en algún momento esta situación.
¿Y qué haces? Puede trabajar para obtener los recursos primero. Porque en realidad, siempre puedes hacer algo para estar algo más cerca.
¿Tu porcentaje de éxito para alcanzar eso que quieres son mínimas? Es posible, pero siempre puedes hacer hacer algo para acercarte.
¿Tu entorno no lo facilita? ¿Tu vida en este momento discurre en sentido contrario? ¿Necesitas dinero que no tienes? ¿Tu pareja no lo comprende o comparte? Cualquier cosa. Pero siempre puedes hacer algo. Siempre puedes hacer algo. ¿Cuánto quieres eso tan lejano, tan difícil, tan inasequible para ti? Siempre puedes hacer algo.
Y luego está el sobre-compromiso. El sobre-compromiso no es más que una consecuencia de tener poca claridad sobre qué es más importante y qué es menos importante de todo aquello que quieres. Porque si tienes claro qué quieres, si tienes tu mapa, es fácil determinar con qué es realista comprometerse.