¿Qué haces bien? Todo el mundo tiene una respuesta para esa pregunta.
¿Lo tienes? Pues repítelo. Una y otra vez, hasta que lo hagas mejor aún. Y repítelo de nuevo. Mejora el flujo, la técnica, el resultado. Trabájalo cada día. Consigue que bien se convierta en mejor que bien, y que este se convierta en excepcional.
Los días del todo bien han pasado. Han llegado los días del algo excepcional. Cuando entregas algo excepcional, es imposible que nadie lo desee.