Hay quien los planta con asiduidad, quien los planta esporádicamente y quien jamás planta árboles.
Depende de qué buscas y qué sacrificarías por ello. De dónde pones tu atención y de tu capacidad de aguante.
Quien pretende un retorno inmediato a su inversión jamás plantará un árbol, buscará algo que no le haga esperar. No se trata únicamente de que la inversión sea mucha o poca, se trata de que esperar un resultado que no puede sacar de su cabeza y no se produce de inmediato le mantiene en vilo.
Un poco más allá están los indecisos, aquellos a quienes no les gusta esperar pero pueden soportarlo. Valoran la inversión de recursos que tendrán que hacer y ven con malos ojos la espera. Cuando les parece que la primera será escasa y no tienen opción al resultado inmediato, en ocasiones acceden.
Al final de la línea se encuentran quienes esperan un resultado concreto, lo desean, y asumen su coste. No solamente en recursos para iniciar su camino, sino en forma de paciencia para obtener resultados. Se arman de ella, porque saben que es en ella y no en otra cosa donde se encuentra el premio que buscan.
Con el paso de los años es fácil distinguir a qué se ha dedicado cada persona. Los árboles son grandes y es difícil ignorarlos.
P.S.: Por cierto, hablando de plantar árboles: Ecosia