El largo plazo es magia contra el ilusionismo.
Es posible que sea relativamente sencillo convencer a alguien de que necesita lo que en realidad no necesita. De que puede confiar en ti, cuando en realidad no puede hacerlo. O de que tome un camino que en realidad no es el que más le beneficia.
Pero mantener vivas esas ilusiones en el tiempo es demasiado costoso.
El esfuerzo necesario crece, y sigue creciendo. Y la realidad empuja tan fuerte, que jamás puede contenerse eternamente.