Es más difícil ir primero.
Pero las consecuencias de elegir ir siempre después van más allá de lo que crees.
- Trata sobre eludir tus propios retos
- Sobre mantener una situación cómoda
- Trata sobre alimentar tus miedos
- Sobre no trabajar tu autoestima
- O sobre dejarte llevar, en lugar de empujar
Y trata sobre muchos otros aspectos que, uno sobre otro, convierten tu posición cómoda en incómoda.
¿Cuánta incomodidad por pasividad es necesaria para dar el paso?