Todo el mundo aprende, cada día. Se aprende por inercia, en base a nueva información y nuevas experiencias.
Sin embargo, el aprendizaje que produce los cambios más significativos es aquel que debes forzar. El que no llega solo, el que no te regala nadie, el que te cuesta interiorizar.
Generalmente, nadie tiene una predisposición natural a este tipo de aprendizaje. Es incómodo. Te hace sentirte como una persona inútil e incompetente durante un intervalo suficiente de tiempo para que exista un rechazo inicial.
Y sin embargo, el aprendizaje que se fuerza es el que deja las marcas más profundas en la forma en que piensas y te comportas. El cambio significativo está ahí, esperándote, tras esa puerta que dudas si abrir.