La responsabilidad es la parte poco atractiva implícita a la toma de decisiones.
Casi todo el mundo quiere ponerse de un lado, opinar, y formar parte del proceso de toma de decisiones. Pero casi nadie quiere asumir la responsabilidad adquirida al hacerlo.
Precisamente por ese motivo nos cuesta menos participar de un proceso de toma de decisiones de forma colectiva, en que más tarde podríamos decir que nos hemos equivocado. Cuando nos encontramos solos ante la disyuntiva, no cabe nos hemos equivocado. En su lugar, solamente está me he equivocado.
Sin embargo la responsabilidad está ahí, se adquiera voluntaria o involuntariamente.
La parálisis se produce a causa del extendido error de pensar que sin tomar parte activa, la responsabilidad se reduce o desaparece. Eliminando este sesgo, las personas se equivocarían buscando algo más que simplemente tratar de encubrir que lo hayan hecho.