Espera

Todo el mundo espera que hagas algo. Y tú lo esperas de otros.

Alguien espera que hagas lo que supone que deberías estar haciendo, porque te paga por ello. Otras personas, esperan que hagas determinadas cosas porque su visión de la relación que os une requiere que las hagas. Incluso quien no conoces de nada espera que pagues tus impuestos, que te comportes de forma cívica —al menos aceptable— o que no conduzcas por las aceras, por citar algunos ejemplos.

Tiene lógica, te ocurre lo mismo. Siempre esperas algo. Incluso leyendo estas palabras, en este mismo instante, esperas descubrir algo que no sabías, que alguien secunde tu opinión en algún aspecto, u obtener algo que justifique la inversión de tu tiempo.

Y frente a lo que se espera, está lo que se ofrece. Y cómo se alinean ambos factores.

Es importante poner atención entre lo que otras personas demuestran esperar de ti, y en lo que sabes que esperas de otros. Y también lo es ponerla en lo que ofreces. En cómo se alinean ambas, en dónde se alejan y en dónde conectan. Todo funciona mejor cuando no se deja al azar. Y cuando te mueves en lugar de permanecer expectante eternamente.