En el extremo adecuado

Suele decirse que un extremo no es buen lugar. Que el lugar adecuado se encuentra en alguna parte de todo el recorrido entre ellos.

Sin embargo, cuando te ponen delante una balanza, tienes dos lados. Puedes ir añadiendo peso a cada uno de ellos y observar la balanza inclinarse a un lado u otro. Es el equivalente físico a las tan extendidas listas de pros y contras. Y ni las balanzas ni esas listas disponen de recorrido intermedio. Estás a un lado, o estás al otro.

Y luego existe un factor elemental más. Tu apuesta. Como en las carreras de caballos. A más débil es el extremo al que te posicionas, mayor suele ser el premio si resulta ser el correcto. Y con todo ello das un paso, acertado o no. Y aprendes.