Existe algo extraño en el paso del tiempo. Quizá sea la tranquilidad que aporta la experiencia respecto a determinados aspectos o circunstancias, quizá los aprendizajes domando a la rebeldía, o quizá la practicidad imponiéndose al derroche desmedido de energía.
El no es necesario o es suficiente comienzan a imponerse con cierta regularidad al lo necesito o quiero más.
Curiosamente, no se trata de desgana. Ni de la actitud de quien claudica. Curiosamente se trata de todo lo contrario. Se trata de menos por claridad.
Es conveniente contar siempre con quien te aporte ese punto de vista, tan menospreciado en nuestros días. Y escucharlo con atención. No se trata de tener más o menos ganas, se trata de tener claro ganas de qué.