No se trata de nada nuevo, se ha comentado mucho. Si quieres llegar a un lugar, toma el camino largo. Sin atajos.
Si miras atrás, te darás cuenta de que los atajos rara vez funcionan. Lo hacen en ocasiones, pero por cada una de ellas hay muchas otras en que suponen un perjuicio que va más allá del tiempo o recursos que has invertido. Desmoralizan.
Mejor olvidar el reclamo que suponen. Si arrancas en el camino largo, tienes buena parte hecha.
Otra buena parte también supone un reto. Y también se basa, parcialmente, en olvidar algo concreto.
Céntrate en ser la persona que consigue aquello que deseas, en lugar de obtener lo que estás deseando. En trabajar y desarrollar las aptitudes necesarias, en lugar de en obtener el premio. No te centres en correr una maratón, sino en convertirte en el tipo de persona que corre maratones.
Los premios se sobrestiman. Se olvidan rápido, caducan. No buscas un punto en el mapa, ni un momento en el tiempo. Buscas transformación.