En enero del año 2019 nacía algo que cambió muchas cosas para mí. Con el —quizá desafortunado— nombre de GTD Master nacía un blog a través del cual, por primera vez en mi vida, adquiría el compromiso de escribir con una regularidad meridiana.
Nunca había querido adquirir tal compromiso. Aunque me gustaba escribir, siempre me gustó hacerlo en los momentos en que la escritura venía a mí y no al contrario. Después de todo, cuando haces algo por el mero hecho de que te gusta pierde parte de su sentido hacerlo cuando no te apetece.
Son diversas las circunstancias que me llevaron a matar GTD Master en septiembre de 2020, una de ellas fue cerrar etapa y arrancar desde cero. Pero tengo mucho que agradecerle. Me enseño a apreciar la escritura de otro modo, a someterme a una entrega periódica inalterable tuviese lo que tuviese entre las manos, y a comprender y apreciar el hecho de escribir para alguien más.
Mi camino ha sido el inverso al habitual. La mayor parte de las personas que escriben en algún medio, lo hacen para una audiencia. Quizá porque yo comencé escribiendo única y exclusivamente para mí, lo veía de otro modo y determinados compromisos carecían de sentido en aquel momento.
Ahora ha llegado 2022. Es la fecha que en su día me marqué para revaluar si mantenía GTD Master en línea, aún sin nuevos contenidos desde finales de 2020. Y he tomado la decisión de dejarle ir, porque cuando algo se termina merece descansar. Nos leemos aquí. Rest in peace, GTD Master.