Los datos son la clave

Que los datos son la clave fundamental para el análisis ofrece poca duda. Evidentemente, de su calidad y cantidad dependerá la validez y fiabilidad de la salida que generan. Y por supuesto, es necesario tener en cuenta que el tratamiento que hagas de ellos refleje y sea fiel a los indicadores que buscas, sin desvirtuarlos.

Por estos motivos, es frecuente que des poco o ningún valor a lo que te digan cuando recibes datos de otro tipo de fuente que, además de contradecir la primera, te ofrece más fiabilidad. Un ejemplo típico es que te digan que ocurre algo, mientras que lo que tu ves que ocurre es otra cosa. A priori, una de esas fuentes es mucho más fiable que la otra para ti.

¿Qué piensas sobre un lugar que te describen como maravilloso, cuando ves que casi todas las personas que llegan se marchan en cuanto lo conocen mejor? ¿Das crédito a quien te dice que una persona no se ha comprometido con algo, cuando puedes ver cómo ha apostado su tiempo, sus recursos, su dinero, e incluso —en ocasiones— la seguridad y bienestar de su familia? ¿Qué opinas cuando alguien que proclamaba al viento las virtudes de las personas que componen su equipo, se dedica a criticarlas, reprobarlas o vituperarlas en cuanto dejan de serlo?

Las respuestas te las dejo a ti. Que no te cuenten historias, los datos son la clave. Y en ocasiones, pocos dicen mucho.