Tienes un enchufe. Deseas conectar más de un aparato, así que le conectas una regleta de modo que ahora pasas a tener varias tomas para enchufar en lugar de una. Y si resulta que el número de aparatos que quieres conectar va en aumento y te quedas sin tomas, siempre puedes reemplazar la regleta por otra con más tomas o conseguir otra regleta y conectarla a la primera.
Y así sucesivamente. Necesitas más tomas, das una respuesta relativamente sencilla a esa necesidad.
Sin embargo, si tienes unas mínimas nociones técnicas sabrás que no es tan sencillo. En el juego intervienen otros factores que a los ojos inexpertos pasan inadvertidos. ¿Cuántos aparatos conectas? ¿Cuántos estarán en funcionamiento al mismo tiempo? ¿Qué consumo genera cada uno de ellos?
Tanto el cableado como el resto de elementos de la instalación que alimentan esa toma sufrirán considerablemente si les exiges un rendimiento por encima de su capacidad de forma continuada. Se calentarán, y pueden llegan a quemar. Y si deseas ampliar estas capacidades, lo más probable es que precises dimensionar tu instalación y contratar más potencia. Todo ello redunda en un mayor gasto.
Este detalle aplica a cualquier parte de una instalación, eléctrica o no. Y viceversa ocurre lo mismo.
Si tienes una casa grande y tanto presión como dimensión de tuberías no se encuentran optimizadas para ella, a medida que vayas solicitando agua en diferentes puntos la presión de entrega irá disminuyendo hasta el punto de reducir en mucho su usabilidad. Pero disponer de una presión suficiente para que todos los puntos de agua puedan entregar una presión considerable si se utilizan al mismo tiempo, puede conllevar que sea excesiva cuando no estés utilizando el agua en ningún punto y, por tanto, impidiendo que se libere presión. Una tubería podría reventar debido a ello.
Cuando se trata de calcular los parámetros óptimos para una instalación probablemente tu mejor opción sea confiar en buenos profesionales con una demostrada experiencia. En otros ámbitos, calcular hasta qué punto el esfuerzo merece la inversión y a partir de cuál deja de merecerla, también sigue pareciendo un requisito obvio e indispensable antes de ponerse manos a la obra.
¿Cuántos aparatos puedes conectar o cuántos grifos puedes abrir en tu vida, manteniendo la seguridad y garantizando una experiencia óptima? ¿Cuánto esfuerzo requerirá añadir un enchufe más, o un punto de agua más? ¿Cuál es el retorno? ¿Merece la pena? ¿Te preguntas esto alguna vez?
El momento de hacerlo podría ser hoy.