Poco puede ser mucho

Probablemente este mensaje sería recibido de otro modo en una cultura diferente. Sin embargo, precisamente por ese motivo allí podría ser menos necesario y en este preciso lugar tenga más sentido. Es posible, incluso, que tu interés por leerlo sea mínimo. Pero ahí va: Poco puede ser mucho.

Aunque no la quieras, aunque te sentirías más cómodo sin que existiera o aunque, sin que te moleste su existencia, simplemente mires a otro lado, está ahí. Existe. No existe porque yo te lo traiga hoy, ni dejaría de existir porque yo no lo hiciera.

Tienes la oportunidad de apoyar al desarrollador que trabaja para que esa aplicación que utilizas a diario funcione como debe. O de apoyar a esa creadora de contenidos que te entretienen o ayudan, en tu día a día. Incluso de apoyar proyectos que consideras relevantes. Poco para ti puede significar mucho para todos ellos. Muchos pocos conforman un mucho. Y tienes la responsabilidad moral de apoyarles en determinadas ocasiones, porque su trabajo te aporta. Porque lo disfrutas, porque te es útil, y porque contribuye a mejorar tu vida. Quizá no siempre sea posible, pero sí en determinadas ocasiones.

Quizá ya lo hagas. O quizá no. Quizá opines como yo, o quizá diferente. Es posible, incluso, que pienses que beneficiarte de ello es tu derecho y que este mensaje sobra. Todo es posible. Incluso que esta entrada no haya sida pensada para reafirmar tu comodidad. De hecho, si el propósito de este blog tuviera que resumirse en una sola condición, sería destruir y hacer añicos tu comodidad. La comodidad es enemiga del cambio, y sólo a través del cambio se mejora algo.