Lo que está, está. Se vea o no, sigue estando hasta que lo dejes ir.
Cuando vas a salir puedes elegir lavarte el pelo, o elegir ponerte un gorro. Cuando algo que no puedes controlar ocurre, puedes centrarte en avanzar del modo que te sea posible, o estancarte dándole vueltas y más vueltas. Y cuando algo se tuerce puedes asumirlo públicamente y buscar soluciones —incluso pedir ayuda— o tratar de ocultarlo hasta sus últimas consecuencias.
En ocasiones, lo que no quieres que se vea o sepa terminará por verse o saberse. En otras no. Pero incluso cuando creas haber tenido éxito estarás perdiendo. Consume energía. Con frecuencia el precio más alto se paga tratando de ahorrar. Cuando tienes la oportunidad de poner el contador a cero, es necesario que lo hagas. Si conduces mirando atrás, te estrellas antes o después.