En cuántas ocasiones habrás escuchado frases del tipo:
- Ahora ya no es posible, después de [X].
- Cómo voy a hacer [X] después de haber dicho [Y].
- Me he comprometido con [X], no hay marcha atrás…
Es necesario que ocurra algo realmente grave, para que muchas personas tengan en cuenta que ante los cambios de circunstancias que se producen —y producirán— la opción más sana, saludable y ventajosa puede ser otra.
No se trata de faltar indiscriminadamente a tus compromisos, sino de evaluar cambios y consecuencias. Después, puedes seguir haciendo lo que hacías. O hacer otra cosa, aunque suponga renegociar, pedir disculpas o compensar. Día cero, un nuevo comienzo. En ocasiones perderás para ganar, y en otras ganarás para perder. Es tu decisión.
En un mundo que cambia constantemente, tu capacidad para observar, revaluar y tomar —cambiar— decisiones es lo único que te distingue.