Volatilidad y perpetuidad

Si escribes en un trozo de papel cómo te sientes ahora mismo —en este preciso instante— al respecto de algo, esa información es inalterable, perpetua. Constituye una marca en el tiempo que refleja un dato concreto en un momento concreto. No se puede cambiar.

Paradójicamente, si en un momento posterior pretendes utilizar esa información para algo debes considerarla volátil, efímera, complementaria. No puedes asentar tu razonamiento sobre ella, porque el dato que generalmente te interesa no se centra en cómo te sentías la semana pasada, sino en cómo te sientes ahora.

Si escribes un diario y sueles leerlo con posterioridad, seguro que lo sabes. En un entorno cambiante, prácticamente todo está desactualizado salvo lo que ocurre ahora.

En materia de efectividad ocurre lo mismo. Los datos perduran, pero las decisiones caducan.