Desde que te levantas, el día transcurre deprisa. Pero seguramente tendrás algunos momentos muertos, aunque sean breves. Quizá durante el café de la mañana, quizá mientras te diriges a algún lugar en transporte público o quizá durante un breve respiro, después del almuerzo o a tu llegada a casa tras un duro día de trabajo.
Cualquiera de ellos podría ser bueno para llevar tu mente a un lugar diferente y, al mismo tiempo, producir algo valioso. Mi propuesta es que, durante un par de minutos, reflexiones sobre:
- ¿Qué he hecho —o haré— hoy que cree un impacto positivo sobre alguien?
- ¿Quién ha hecho algo —y qué— que haya creado un impacto positivo sobre mí?
Mientras encuentres respuesta para ambas, todo va bien. Cuando no, piensa que la segunda es más sencilla y probable de obtener cuando funciona la primera. Que solamente construir respuesta a la primera depende enteramente de ti, y que un día sin ambas respuestas es un día a medio gas.
Quizá lo que dé respuesta a la primera pregunta sea lo más importante que hayas hecho —o vayas a hacer— hoy.