¿Obvio? Muchas personas no lo aplican.
Contar con los mejores y decirles qué deben hacer o cómo deben hacerlo, más allá de determinado marco, es un desperdicio. El resultado de una necesidad de control y ego desmedidos que resta en lugar de sumar. Para cuando lo aprendas, probablemente ya no cuentes con ellos.
Contar con los más baratos y permitir que hagan lo que quieran es el principio del fin. Es una cuesta abajo que solo cambia si lo que haces cambia.
En algún lugar, ahora mismo, hay personas que caen en ambos errores. Algunas, por enésima vez. En realidad, la base se encuentra en saber determinar cuándo es necesario dar un paso al frente, y cuando aportas más siendo invisible. Aún estás a tiempo de no entrar —o salir— de ese grupo.