Hasta la cocina

En mi día a día visito muchas viviendas y comercios de todo tipo. En muchas ocasiones, sorprende —positiva o negativamente— el gran contraste que existe entre lo que todo el mundo puede ver, y lo que apenas nadie ve.

Un ejemplo de ello es la cocina. Bien sean viviendas, bien locales de hostelería o restauración. Cuando pasas hasta la cocina, la información que recibes es otra. Condensada, en bruto. En ocasiones, radicalmente opuesta a la que tenías previamente.

A tus asuntos les ocurre lo mismo. A tu vida al completo. Y a las personas con que te relacionas. No te quedes a las puertas y des una mirada, porque la información que te llega desde ese lugar puede sentar las bases para que cometas terribles equivocaciones. Pasa hasta la cocina, siempre que te sea posible.