Si quieres evolucionar, necesitas ponerte en la fila de la curiosidad.
Hace ya muchos años –y no ha cambiado, ni va a cambiar— que en la vida de toda persona existen dos filas. Una es la del resultado fácil, con el mínimo esfuerzo. Y la otra la de la curiosidad intelectual y el hazlo tú mismo.
Seguro que no te extrañas —porque en realidad, lo sabes bien— si te digo que la primera fila, la del resultado fácil con el mínimo esfuerzo, está superpoblada. Tardas más en pasar a causa de la gran afluencia de personas, pero no hay que hacer nada. Simplemente esperar a que llegue tu turno.
La segunda, la de las personas curiosas, está mucho menos concurrida. Se trata de personas con iniciativa, que quieren aprender y quieren conquistar resultados apoyándose en sus aprendizajes.
Si le preguntas a alguna persona que se encuentra en la primera fila por su opinión sobre aquellas que están en la segunda, podrías encontrarte con respuestas variadas pero en el fondo el mensaje siempre será el mismo. Se trata de los necios, los que invierten en algo que puede conseguirse gratis.
Lo que no saben las personas que se encuentran en ella, es que llegará un día —antes o después, siempre llega— en que su cómoda fila desaparece y tan solo queda la segunda. La de la curiosidad, el aprendizaje y el esfuerzo. Y cuando ese día llega tan solo se oyen lamentos, porque es lo único que le queda a quien ni sabe ni quiere aprender a hacer nada más.
Prepárate para los giros. Estás a tiempo de cambiar de fila. Ponte en la de la curiosidad. Es la única que te lleva a algún lugar.